Tradicionalmente, hacer ejercicios abdominales, incluye casi exclusivamente trabajar con el recto del abdomen y los oblicuos externo e interno. Sin embargo, hay varios músculos en el abdomen que quedan olvidados en la práctica del ejercicio abdominal tradicional, entre ellos el músculo transverso del abdomen, el diafragma, etc.
Aunque fortalecer el recto del abdomen es lo que va definiendo la típica “tableta de chocolate”, en realidad, apenas consigue disminuir centímetros en la cintura.
Desde hace años se conocen algunos efectos adversos que la práctica continuada y excesiva del abdominal tradicional ocasiona en el cuerpo. Entre ellos, los más importantes son la sobrecarga a nivel de la columna cervical y lumbar y la elevada presión que produce en los músculos del suelo pélvico, debilitándolos y predisponiendo a la persona a sufrir diástasis de rectos, incontinencia urinaria y otros problemas genitourinarios.
Por desgracia, esta práctica sigue siendo habitual en gimnasios y en general, en toda la práctica deportiva. Y parece que continúa el desconocimiento de todas las consecuencias negativas que esta práctica produce en el organismo.
Por eso, desde este blog, queremos informar de los perjuicios y de las alternativas a esta práctica del ejercicio abdominal.
Lo primero que es importante conocer, es el hecho de que cada vez que flexionamos la columna (como ocurre en los ejercicios abdominales habituales) aunque sea brevemente, inhibimos al transverso del abdomen. Este músculo, que tiene una forma de cinturón amplio que rodea, el tronco por delante, es el que realmente puede ayudarnos a disminuir el perímetro abdominal. Además, el transverso del abdomen, es sinergista de la musculatura del suelo pélvico, es decir, lo que coloquialmente conocemos como “amigo”. Por ello, cada vez que activamos el transverso del abdomen, activamos el suelo pélvico, y, por tanto, ayudamos a prevenir y a contrarrestar el debilitamiento de la musculatura perineal, que ya de por sí, sufre excesivamente en el momento del embarazo y en el parto.
Para conseguir activar el transverso del abdomen debemos mantener la columna en extensión (para como decíamos antes, inhibir el recto del abdomen). Activamos el transverso, cada vez que soltamos aire metiendo ombligo hacia dentro y abriendo costillas. Si cuando tosemos, por ejemplo, intentamos evitar el abombamiento del abdomen y por el contrario, procuramos contraerlo, llevándolo hacia dentro, estaremos activando el transverso del abdomen y lo que es más importante aún, estaremos eliminando presión en la musculatura del suelo pélvico.
Esta es la base del ejercicio hipopresivo, que es la alternativa que proponemos como ejercicio abdominal, obteniendo muchas más ventajas que cuando trabajamos con el recto del abdomen.
Por ello, en Fisioterapia Bahía, te invitamos a aprender a practicar numerosos ejercicios hipopresivos, combinándolos con la práctica de Pilates. En breve, haremos una jornada de puertas abiertas, para dar a conocer algunos ejercicios básicos hipopresivos. Puedes informarte desde nuestra página, o a través nuestra página de Facebook
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