La fascia es un tejido conectivo duro, elástico y delgado, que está presente en todas las estructuras corporales, incluyendo los músculos y forma una red ininterrumpida que rodea todo nuestro cuerpo. Por ello, la lesión en una parte de la fascia puede causar alteraciones en otras zonas distantes a través de las compensaciones que hace el cuerpo para recuperar su equilibrio y mantener sus principios de economía y no dolor. La fascia apoya y protege las estructuras musculares.
Cualquier disfunción o restricción restringe el movimiento de las estructuras en las que se encuentra y a menudo causan dolor. Las lesiones que pueden afectar a la fascia pueden ser tanto impactos mecánicos, golpes, caídas, intervenciones quirúrgicas, como vicios posturales, estrés y otras alteraciones emocionales.